Maldita vidriera.

Es posible... que cuando menos te lo esperes la vida te sorprenda, pero sigo sin entender muy bien de que va todo este circo. No se si debo dar rienda suelta aún a mi corazón e independizarlo de mi cabeza, Mudarlo a unos 7 Kms de mi conciencia, allí donde todo el mundo parece feliz, donde todos se ebrian enloquecidos de amores de estación y sexo de cafetera. Donde seguramente perderé las cuatro llaves de mi autocontrol y me rendiré a la locura.... Desorbitan las fábulas.


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Es de cristal puro, y por supuesto, hablo de mi más traicionera amiga. Mi barrera contra eso que llamamos mundo. Y una vidriera es, porque nadie puede traspasarlo, y aún así, Puedo ver a todo el mundo.
Y es ahora cuando canto mi canción de victoria!, Ahora que vencí al titán humano porque torné de inmortalidad mi parásita lejanía. Ahora que ya estaba solo. O eso parecía...


No sería indestructible esa barrera cuando, sin remedio y entre un improvisado caos, todo se vino abajó. Moría bajo mis pies... y me vi contando estrellas a su lado.